¿Cómo se firma un grabado?

Una de las preguntas más recurrentes es la referente a las Firmas. ¿Dónde se firma? ¿Cómo se firma?… en este artículo intentaremos contestar todas estas dudas de la manera más completa posible.

Lo primero que se debe saber es que la firma del artista es un elemento relativamente contemporáneo que se relaciona con el concepto del grabado como Obra Original. En el pasado un grabado era producto del trabajo conjunto de, por lo menos, tres profesionales diferentes: el dibujante, el grabador y el impresor.

• El Dibujante era el encargado de desarrollar la imagen. No olvidemos que en esta época -alrededor del s. XIV – XV- el grabado era una disciplina orientada a la difusión de conocimientos, por lo que la gran mayoría de las imágenes (o todas) correspondían a dibujos basados en obras pictóricas o esculturas ya existentes y al no existir la fotografía lo mejor era contratar a alguien que dibujara de la manera más fiel posible lo que se deseaba representar.
• Con el dibujo listo llegaba la hora de la siguiente etapa, que es la del Grabado. Los Grabadores eran hábiles artesanos capaces de trasladar a sus placas todo el detalle y cualidades del dibujo que se les entregaba dotándolos además de una gran fidelidad a la intención del artista original. Esta interpretación gráfica era importante ya que en aquella época todo el acceso a la información y referencias a las obras de los maestros antiguos se obtenía a través de estos grabados, que son denominados Grabados de Traducción. Normalmente estas matrices eran grabadas al buril sobre madera o metal, aunque posteriormente se realizaron en aguafuerte e incluso en litografía.
• Una vez que el dibujo era traspasado a la placa y grabado venía el proceso final, que era el de impresión. El Impresor tenía la difícil misión de lograr la mejor estampación posible y obtener la mayor cantidad de impresos que permitiera la matriz.

Ya en el s. XV algunos grabadores comenzaron a marcar sus trabajos para indicar su autoría. Primero solo con sus iniciales, luego con algún símbolo y luego de un tiempo se comenzaron a usar marcas en latín. Esta es la razón por la cual muchas láminas antiguas tienen inscripciones del tipo “incidit”, “fecit”, “impressit” o “delin” (grabó, hizo, imprimió y delineó) entre muchas otras.

Luego fue cosa de tiempo para que estos monogramas y anagramas fueran reemplazados por el nombre del grabador y, en la época en que el grabado pasó a ser considerado como una Obra Original, aparecen las primeras convenciones para proteger los derechos de los artistas mediante las firmas y la documentación.

Hoy en día la manera más aceptada para firmar un Grabado es la que se describe a continuación. Un detalle importante a tener en cuenta es que debe hacerse siempre con un lápiz grafito:

• Nomenclatura, tradicionalmente ubicada bajo el extremo inferior izquierdo de la imagen. Indica el tipo de estampa que es y su cantidad y numeración.
• Título de la obra, normalmente ubicado a continuación y por lo general bajo el centro de la imagen. Existe en algunos lugares la práctica de incluir la técnica en que se realizó la estampa, pero esto normalmente se considera innecesario ya que el autor, el impresor y generalmente el público interesado es perfectamente capaz de identificar el o los métodos usados para confeccionar la lámina. Por lo tanto en los medios profesionales esto no se hace y se prefiere privilegiar la información realmente relevante.
• Firma del Autor, que puede ser su rúbrica legal o bien una creada específicamente para marcar sus grabados. Se ubica bajo la esquina inferior derecha de la imagen.
• Año de Creación, que va al lado de la firma o bajo ella y que indica el año en que se creó la imagen y que se mantiene aún cuando el tiraje se haya realizado en años posteriores.

Cuando la imagen es impresa en la modalidad Sangrado (“bleed”, o sea de borde a borde) se puede firmar adelante usando opcionalmente un grafito de color o bien se firma por el reverso. Esto es siempre decisión del artista creador de la imagen.

Estos datos son los que tradicionalmente se incluyen en la mayoría de las ediciones en el mundo. Dependiendo del taller o del artista pueden ir acompañados de otros elementos tales como:

• Cuño Seco, que es un sello de agua que normalmente se ubica en la esquina inferior izquierda de la lámina y que puede indicar el taller donde se imprimió la estampa, identificar al impresor en particular o incluso pertenecer al autor del grabado.
• Sellos o timbres, que van impresos en color y que por lo general acompañan a la firma del autor. En algunos casos también se usan para identificar el taller donde se imprimió la estampa. Todos estos sellos adicionales deberían ser aprobados por el autor de la imagen y él es quien decide la ubicación.

Finalmente solo resta decir que la firma y todos los demás datos que se añaden a una lámina constituyen parte del Objeto Gráfico que es el Grabado, y por esa razón se debe ser cuidadoso para no arruinar la lectura de la obra con firmas enormes, desproporcionadas o con sellos o cuños que distraigan la atención. Al mismo tiempo comentamos que el método descrito es el más común y aceptado, pero que el artista tiene el derecho de firmar como desee usando el lápiz y el color que más le interese y en la posición que prefiera.